domingo, 23 de octubre de 2011

Jinmu - Tennô (El primer Emperador de Japón)


Jinmu - Tennô


Emperador Divino

El primer Emperador de Japón

Los dos libros de Historia más antiguos de Japón, el Kojiki (Historia de cosas antiguas, 712) y el Nihon Shoki (Anales de Japón, 720), señalan a Kamuyamato-iwarebiko-no-mikoto, a quien en el siglo VIII le apodaron como Jinmu (”Guerrero Divino”), como el primero de los emperadores legendarios de Japón pese a que tengan divergencias geográficas y temporales.

El Nihon Shoki afirma que gobernó entre los años 660 y 585 a.c. (75 años). Según la leyenda, su padre era descen-diente directo de la gran diosa del sol, Amaterasu Ô-Mikami, y que su madre era hija del dios del mar, Ryujin.

A los 45 años, Jinmu partió a conquistar Yamato, al este de la zona de Nara. Guerra que no fue fácil y que duró varios años antes de conseguir la victoria.

Su alteza Ihare [Jinmu] príncipe de la sagrada Yamato y su hermano, su alteza Itsuse, decidieron avanzar desde el palacio de Takachiho hacia el levante para establecerse en un lugar donde poder gobernar su reino en paz. Kojiki.

En un primer momento intentó entrar por Osaka, pero tuvo que renunciar y volver por Wakayama. También cuenta la leyenda que ganó gracias a la ayuda de un pájaro dorado, y que, de este modo, consiguió coronarse como emperador de Japón. La coronación tuvo lugar en el palacio de Kashihara, en la zona de Nara.

El Templo Kashihara Jingû y el mausoleo del emperador Jinmu están al pie del monte Unebi-yama. Las Yamato San-zan, o sea, las tres montañas de Yamato, el monte Unebi-yama, Miminashi-yama y Kagu-yama se admiran en varias poesías recopiladas en la antología Manyôshu. La siguiente poesía en que se relatan todas estas 3 montañas es muy conocida.

Dicen que desde los tiempos de los dioses, los hombres han luchado por la mujer, La leyenda cuenta que “el monte Kagu-yama amó al monte Unebiy luchó contra el monte Miminashi para ganarlo .Con razón, nosotros luchamos ahora por la mujer”: Príncipe Naka-no-Óeno Ôji .La antología Manyôshu. Libro 1, 13

La leyenda que prevalecía entonces refería al monte Unebi yama como masculino, y el monte Kagu-yama, el monte Miminashi-yama como femeninos.

Las dos últimas montañas bajitas tienen un aspecto de la mujer , como podrá apreciar en la foto de arriba. El monte Unebi es más alto y tiene un aspecto de fuerza masculina.

El príncipe Naka-no Ôe-no-Ôji, sin embargo, al componer esta poesía refería a su pugna contra su hermano, el príncipe Ôma-no Ôji, por una mujer, Nukata-no Ôkimi, que fue hermosísima y una excelente poeta de pasión. Naka-no Ôe-no-Ôji era el príncipe heredero y tras el fallecimiento del emperador Jomei, la madre del príncipe se erigió en emperatriz reinante Saimei. No así, el príncipe Ôma-no Ôji, hijastro de la emperatriz

El príncipe Naka-no Ôe-no-Ôji habría abusado de su poder político para conseguir los favores de Doña Nukata-no Ôkimi. Esta se había casado con el príncipe Ôma-no Ôji cuando era muy joven y tuvo una hija, princesa Toichi-no hime-miko. El príncipe Naka-no Ôe-no-Ôji quería justificar lo que le hizo con la frase de " Con razón, nosotros luchamos ahora por la mujer”. El príncipe Ôma-no Ôji continuó amándola ardientemente aún después de separarse de ella.

El 5 de mayo del año 667, la Corte Imperial realizó una caminata de recreo y todos los altos funcionarios, cortesanos y príncipes marcharon al campo Shimeno en la provincia de Ômi. Entonces, el príncipe Ôma-no Ôji envió un gesto de amor a Doña Nukata-no Ôkimi agitando la manga de su traje en el campo de Murasaki-no y el campo de Shime-no.

Doña Nukata-no Ôkimi compuso una poesía :

" No me agites la manga a mí en el campo de Murasaki-no y en el Campo de Shime-no.
  Lo verán los guardias del campo"

Mucha gente estaba enfrascada en sus diversiones, recogiendo hierbas y flores, cantando y bailando. Pero, los guardias cumplían con su deber y vigilando. Ellos lo habrían notado. El príncipe Ôma-no Ôji le respondió con una poesía:

" Mi pasión es incontenible. Tú eres tan noble y hermosa como flor purpúrea y fragante. Te amo más porque tú eres la mujer de otra persona "

Dos hombres de estado eminentes, siempre calmados en sus decisiones políticas, el príncipe Ôma-no Ôji y el príncipe Naka-no Ôe-no-Ôji amaron ciegamente a Doña Nukata-no Ôkimi.

El príncipe Naka-no Ôe-no-Ôji asumió el trono como el emperador Tenji y nombró al príncipe Ôma-no Ôji como príncipe heredero probablemente para evitar que se vengase el príncipe Ôma-no Ôji

El emperador Tenji, en su lecho de muerte, llamó al príncipe Ôma-no Ôji y le pidió tomar el trono cuando él muriera, aunque lo que deseaba el emperador era que lo hiciera su hijo príncipe Ôtomo no Ôji.

El príncipe Ôtomo no Ôji tenía una buena apariencia física y era excelente en arma y letra. Gozaba de una buena reputación. El príncipe Ôma-no Ôji dijo al emperador que él prefería entrar en la vida religiosa en la montaña de Yoshino lo que le fue permitido por el emperador.

Cuando la noticia de la muerte del emperador llegó al príncipe Ôma-no Ôji en la montaña en 671, salió de ésta y reforzó su fuerza militar venciendo a las tropas del príncipe Ôtomo no Ôji en la batalla de Seto en la provincia de Ômi. Esta guerra se llama "La guerra de Ônin".

El príncipe Ôma-no Ôji obtuvo el poder y tomó el trono como emperador Tenmu. Después de su muerte, su esposa, la emperatriz Jitó ascendió el trono. Ella construyó la nueva capital Fujiwara-kyo en 694 entre las tres montañas legendarias de Yamato.

Fue la primera gran ciudad: 250 mil metros cuadrados con las avenidas en forma del tablero de ajedrez cuadrado al estilo de la capital "Chang'an " de la dinastía de Tang de China. La capital "Fujiwara-kyo" continuó durante 16 años de los tres reinados, Jitô, Monmu y Genmei hasta 710 en que la capital fue trasladada a Heijó-kyo. Su civilización es denominada "la Civilización de Hakuhô".

Durante el reinado del emperador Monmu, la legislación de Japón se completó con la promulgación de los Códigos de Taihó. Satsuma y la Isla de Tenegashima fueron conquistadas y el gobierno imperial se extendió a las tierras más meridionales de Kyushu.


Hiroaki Sasaki



Budismo en Japón

Durante el siglo VI Japón vivió la entrada del Budismo en su territorio a través del estado coreano de Paekche.
Para los japoneses de aquella época, los Kami eran considerados no solo como protectores de la especie humana, sino que también eran malvados y vengadores llegando incluso a traer la destrucción, esta visión de la existencia tanto humana como espiritual, contrasta con la llegada del Budismo y su propia visión de la vida, la cual llegaba con un evangelio de clemencia y de salvación para la especie humana en una segunda vida, todo ello al margen del mundo espiritual.
Los intelectuales japoneses dieron la bienvenida a esta doctrina extranjera con alegría y temor a la vez, por lo que siguiron haciedo ofrendas y plegarias a los Kamis y al mismo tiempo recitaban las oraciones pidiendo la gracia salvadora a Buda.
Hubo un hombre que realmente captó la esencia del budismo, como una religión que proclamaba la necesidad humana de liberarse de las ilusiones mundanas de la vida, antes que un simple culto con fórmula mágica para alejar las calamidades.
Este fué el Príncipe Shôtoku, quién adoptó y patrocinó la nueva religión, fué en esta época cuando Japón tuvo algunos de los mas esplendorosos logros culturales, tanto en el campo de la arquitectura como de la pintura y las artes decorativas.

Fuente:Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón (Historia Cultural del Japón)